Ultra Trail Sierras del Bandolero (77Km, 3.325+) 19h 55'

Hoy voy a escribir mi crónica de lo sucedido en Prado del Rey de una manera algo atípica, es difícil transmitir las vivencias que uno llega a tener durante 20 horas de carrera pero puedo intentar que os imaginéis lo ocurrido.

Esto es una pequeña parte de lo vivido…

He sufrido los nervios de enfrentarte a un reto para el que uno nunca se siente preparado, hasta el punto de quitar el sueño,

He sentido un pellizco en el estomago al escuchar a Antonio Pozo contarme la odisea vivida la noche anterior desde Puerto del Boyar a Villaluenga,

He compartido nervios en la linea de salida con grandes compañeros y personas dispuestos a lanzarse a lo desconocido,

He sentido el erizar de los pelos al escuchar el sonido de un petardo que daba paso a mi mayor aventura vivida,

He corrido liberado de temor por esos carriles entre la masa de corredores ilusionados rumbo a “El Bosque”,

He subido un cortafuegos que auguraba una gran batalla,

He reído al escuchar el vitoreo y el aplauso de la gente a mi paso por los pueblos,

He visto el Pico del Torreón imponente observándonos a nuestro paso,

He visto por primera vez mi reloj parado en una carrera, olvidándome de tiempos y kilómetros,

He sufrido senderos embarrados hacia el puerto del Boyar,

He escuchado a mi compañero decirme en el kilometro 30 que no podría correr más por problemas físicos, con lo que eso iba a conllevar..

He visto paredes interminables amenzándome subiendo hacia el Simancón,

He conocido el infierno convertido en piedra camino de Villaluenga del Rosario,

He bajado entre piedras afiladas hacia un pueblo que nos esperaba para darnos un soplo de fuerza para continuar,

He visto a un fotógrafo pasando frío por “amor al arte”, nunca mejor dicho…

He disfrutado de la amabilidad de unos voluntarios volcados con sus corredores,

He conocido la noche mas oscura desde Villaluenga a Grazalema,

He caminado entre el frío cortante y la niebla espesa. Solamente acompañado del vaho de mi aliento y el empuje de mi compañero,

He vivido la desorientación en la noche únicamente iluminada por un frontal y el reflejo de unas balizas,

He pasado horas eternas esperando al próximo avituallamiento,

He pasado cerca del camino hacia la hipotermia, forzando a mis piernas para no caer en el,

He sentido mi gemelo gritarme que “ya no puede mas”,

He tenido conversaciones en bucle con mi compañero repetidas una y otra vez,

He sido muy amigo del pesimismo buscando Grazalema, planeando sobre mí el abandono,

He escuchado a mi mujer decirme por teléfono “Acabar sería un puntazo” cuando realmente quería decir “Como no cruces la puta meta no te molestes en volver a casa” ;)

He resucitado gracias al Caldo Aneto, el queso Payoyo y el Colacao con galletas,

He descubierto el efecto de la música en un cuerpo al borde del abismo,

He sentido a un club volcado con sus corredores, empujando desde la distancia y luchando junto a ellos,

He caminado por pueblos totalmente deshabitados, únicamente ambientados por el sonido de los bastones clavandose en sus calles,

He conocido héroes, héroes con mirada perdida, héroes capaces de llevar al límite su cuerpo después de mas de 30 horas de constante lucha,

He descubierto un tipo de solidaridad que no conocía, la de las personas que sin fuerzas son capaces de darte animo y una palmadita en la espalda para empujarte hacia tu meta,

He visto a mi compañero a punto de sucumbir, demandando aire fresco..

He pisado el cementerio de Benamahoma, un lugar donde el silencio manda, un lugar donde son capaces de curar ampollas a alguien que ni siquiera es capaz de despertarse del cansancio acumulado.

He escuchado el rugir del rio Majaceite a nuestra vera, indicándonos que la ansiada meta estaba cada vez mas cerca, 

He sufrido los 11km mas largos de mi vida, kilómetros de pundonor, de lucha contra uno mismo, de un frío penetrante, de caminar luchando contra el sueño, de un silencio solamente roto por los quejidos de los corredores,

He saboreado la adrenalina en los últimos metros,

He sentido el abrazo de mi compañero,

He llorado lo poco que las fuerzas me dejaban,

He cruzado una meta soñada,

He vivido, sufrido y terminado el Ultra Trail Sierras del Bandolero.

Agradecimientos:

Gracias a aquel corredor que me dijo que después del Simancón estaba Villaluenga del Rosario, un tío muy preciso que me hundió en la miseria.

Gracias a aquel grupo de corredoras que nos dijeron que en menos de una hora llegábamos a Villaluenga del Rosario. Se referirían al horario de Canarias…

Gracias a aquel corredor de la modalidad larga que mirándome resopló y nos dijo “Que cojones teneis”, hay cosas inexplicables…

Gracias a aquel voluntario que no tuvo reparos en llenarme una y otra vez el vaso de caldo Aneto.

Gracias a aquel voluntario que nos dijo que nos quedaban 2 km para meta, y a los 30 minutos nos dijeron otra vez que quedaban 2 km, fue uno de los mazazos de la jornada.

Gracias a Jesús y Alejandro por demostrarme que entrenando se puede llegar muy lejos.

Gracias a Jose por ceder sus guantes a “Guiri”, esto fue clave en la carrera.

Gracias a todos los miembros del TRM que nos ayudaron a cruzar la meta desde la distancia.

Gracias a todos los que confiaron en mi porque en muchos momentos en esas 20 horas tuve que utilizar su apoyo.

Gracias a mi mujer por hacer de psicóloga y apoyarme con mis locuras.

Y por supuesto, gracias y mil gracias a Javier Ruiz “Guiri”, la mitad de todo esto es tuyo. Sin tu apoyo no hubiera sido posible.

Menciones especiales:

Antonio “Bulla” y Nono “Unicaja”, lo que habéis conseguido está al alcance de muy pocos. Sois muy grandes.

Antonio Pozo y Paco “Pocholo”, no siempre las cosas salen bien, sois unos luchadores y sé que cruzareis esa meta mas tarde o mas temprano, Bandoleros os esta esperando…

Y ya para terminar una reflexión…

Sabeis que es lo peor de todo?? No es el sufrimiento, ni la penuria pasada, ni la oscuridad en la que te ves inmerso en muchos momentos. Lo peor de todo es que hoy estoy escribiendo esto desde la pura felicidad, desde la buena sensación de haberlo pasado genial, de querer repetir, de haber probado el veneno de los Ultras y de querer mas…

Hace 24 horas juré y perjuré que nunca me apuntaría a una prueba como la modalidad larga de Bandoleros, hoy solo puedo decir que “Nunca digas, nunca jamas”.

Hasta la próxima.