Maratón Alpina de Jarapalos, la carrera que nunca defrauda.

Muy buenas,

Después de haber realizado mi tercera Maratón Alpina de Jarapalos creo que ya me he ganado cierta credibilidad a la hora de intentar trasmitiros lo que supone esta prueba, que más que una prueba, es una autentica fiesta.

Esta vez no escribiré una crónica personal, me apetece compartir lo que se siente de verdad al afrontar este reto.

Jarapalos comienza el mismo día en que te inscribes, sabes que ese día ya esta marcado a fuego en el calendario, porque te espera una gran fiesta llena de paisajes, de dolor, de risas, de sufrimiento. Jarapalos también son esos entrenamientos preparando el recorrido, esos nervios los días de antes rezando porque no llueva, afinando el cuerpo y durmiendo poco la noche anterior.

Y llega el día,

Llega esa mañana fría en la que no sabes si salir con manga corta, con manguitos, con cortavientos, llega esa entrada al cajón sabiendo que ni siquiera has calentado bien porque te has dedicado a disfrutar saludando a tus compañeros, a disfrutar de lo que se vive en ese trozo de calle de Alhaurín.

Llega ese momento en el que deseas mucha suerte a lo que están a tu lado, en el que miras al cielo donde hay un drone que forma parte del espectáculo, en el que escuchas la voz desgarradora de Chito viviendo el momento como uno mas, marcandote los segundos que te quedan para que los nervios desaparezcan y se conviertan en ilusión, en fuerza, en el coraje que te llevará de vuelta a ese pequeño trozo de calle.

El cielo se llena de color y empieza el espectáculo, los galgos de cabeza desaparecen y no los volverás a ver, buen viaje...

Esos primeros kilometros de asfalto que rompen el hielo, que te llevan en volandas a Arroyo Blanquillo, un lugar que odian los corredores, un lugar que te pilla en frío y en el que descubrirás si tus piernas, tu respiración, han elegido que sea un buen día o te van a acompañar a duras penas.

Son primeros kilómetros de ritmos contenidos, donde los primerizos van con el freno de mano echado por temor a ser vencidos unas horas después, donde los más fuertes no entienden todavía de falsos llanos ni de cuestas. Terreno poco amigable que te lleva a un pequeño cortafuegos donde sabes que el calentamiento ha terminado, que empieza la batalla...

Un trago de agua rápido y llega el momento en el que desde los más novatos hasta los más curtidos miran a la izquierda disfrutando la inmensidad del mar, iluminados por los primeros rayos de sol sabiendo que están en el mejor sitio que se podía estar en ese momento, en Jarapalos.

Llega ese sendero, bordeando el Calamorro, donde por fin las piernas se sueltan, donde por fin pisas ese sendero que buscabas. Donde te encuentras por primera vez en el día a ese fotógrafo que forma parte de Jarapalos, a ese fotógrafo que inmortaliza tu alegría en un instante y que lo hace por amor al arte. Gracias Fernadal.

Pones rumbo a las Antenas, si. Esas antenas que están tan cerca pero a la vez tan lejos, ese camino hacia ellas que no te dejará indiferente, no sabrás si correr, si andar o si al mirarte los pies estás en la playa descansando, que más quisieras...

Esas antenas que marcan tu primer tiempo serio de paso, ese tiempo que te dirá si has sabido regular o te estas tirando al vacío sin paracaídas.

Ves ese primer avituallamiento con comida de verdad, la que nos gusta, esa morcilla que te llama pero que no sabes si comértela cuando normalmente estarías desayunando, recargas y recibes esa sonrisa de los voluntarios que te anima a seguir disfrutando.

Por fin, amantes de las bajadas, aquí tenéis la primera del día. Bajada técnica, pero que te invita a prenderle fuego a los cuádriceps aun sabiendo que debes ser inteligente para no arder en la hoguera antes de tiempo. El mar sigue reinando debajo de ti y los invitados por primera vez a esta fiesta empiezan a comprender porque se habla tanto de Jarapalos.

Sendero que te exige la máxima concentración, las raíces escondidas te pueden jugar una mala pasada, sigues disfrutando, aprovecha porque en breve se acaba el placer, llegas a la Embotelladora.

Allí estás, rodeado de público, de corredores, de personas que te rellenan el bidón como si fueras un marajá. Si llevas bastones, es el momento de invitarlos a dejar su marca en este suelo que te está enamorando y matando poco a poco sin que te des cuenta.

Todavia tienes fuerzas y lo sabes, aprovecha y disfruta de una de las pocas subidas que te quedan por disfrutar. La carrera ya se ha estirado pero todavía no ha acabado de romperse, la embotelladora te enseña que los 2.400+ tenían que estar en algún lado, pero esto no es nada.

Coronas por fin, la Cantera. Ahí estás. Hay que correr, cuesta arrancar. El falso llano cada vez es más falso. Andas unos metros para darle el aperitivo de gel, sal y demás a tu cuerpo.

Aprovechas y corres, si quieres ganar tiempo al tiempo este es buen momento, dale. Carril llevadero, todavía no eres capaz de distinguir si vas bien, mal o regular. Arroyo Hondo te lo dirá...tranquilo.

Las piernas están ansiosas por llegar a esa fuente, esa fuente que es un pedazo del corazón de esta carrera. Allí hay un señor que sabe algo de correr, un señor que te da una cerveza para que sigas apuntando cosas en tu libreta de lo que supone Jarapalos. Gracias Mark.

Te quedarías allí todo el día, charlando, bebiendo y comiendo pero el sendero de la Mezquita te esta llamando.

La Mezquita, que decir de este lugar. Para mí el sendero más espectacular de esta prueba sin robar protagonismo a algún tramo de Presidiarios. Un sendero que tiene su propio micro clima, que a ratos es técnico y también amable para el corredor. Un sendero que te podría hacer dudar si estas en una selva de Costa Rica o en la sierra de Alhaurín de la Torre. Pero ojo! Es un sendero en el que muchos hacen un pacto con el diablo engañados por sus bondadosos tramos para volar, si lo haces puede ser que hayas cavado tu propia tumba. Es tu decisión, avisado quedas.

Volvemos a la pista, puedes seguir con ritmo? Aprovecha porque viene Arroyo Hondo, tu peor enemigo.

Arroyo Hondo, ese tramo de carrera que es capaz de hacer la selección natural, de marcar a fuego a los que van a vivir la segunda parte de la carrera disfrutando o sufriendo. En principio leyendo esto puede parecer exagerado que un sendero tan corto pueda hacer tanto daño, si has estado allí sabrás de lo que hablo. Te gusta el desnivel, aquí tienes 2 tazas.

Por fin, por fin das ese paso que te sitúa otra vez en una pista forestal. no llegaba nunca. Puedes correr? Si? No? Si es que no, vas jodido. De lo contrario disfruta, porque en breve te puedes poner las botas. Pista que te lleva al avituallamiento mas importante de la carrera, Presidiarios is coming.

Llega el momento en el que te das cuenta de la perfección de la organización, de la amabilidad de esa voluntaria que te dice "Dame el bidón, tu no te preocupes por nada" Ellos lo saben, saben que no estás para tirar cohetes y que un gesto amable es muy importante para nosotros. Pruebas el salchichón y la morcilla, ahora sí, disfrutas pero no te enfrías, te esperan caminos preciosos y cuestas que te "encantarán".

Sí estas mal, lo siento pero te queda un buen rato hasta las Antenas, Jarapalos es así, el lema que tiene por bandera no es por gusto. Si sigues con energía es buen momento para disfrutar de la variedad de Presidiarios, yo he vivido las dos caras de la moneda. A palos se aprende de que la mezquita era un caramelo envenenado.

Disfrutas del camino, repechos, llaneo, repechos, llaneo, esta es la tónica hasta llegar a Media Luna. Aquí la carrera ya esta muy rota y los cadáveres empiezan a aparecer. Es difícil disfrutar de este tramo, puesto que ya esta inmerso en la dureza de esta prueba. Te invito a que vuelvas aquí otro día porque Presidiarios tiene mucho que regalarte. Pero antes de despedirse te invita a una bonita subida, con raices como escalones en el que notas que te falta el aire, que el corazón te va a estallar, es duro, muy duro. Aquí ya hasta los más educados sueltan improperíos hacia Jarapalos, la linea entre el amor y el odio es muy fina.

Ya esta, ya paso todo. Bueno, casi todo. Próxima parada las Antenas, si. Esas por la que pasaste hace unas horas como Heidi y ahora llegarás como un actor de Walking Dead.

Pisas terreno técnico, tramo corto pero en el que se te exige máxima concentración, que bien! Bajada entre arboles, limpia, disfrutona. Si, pero estas bajando, y las Antenas están arriba...

Ya cuesta mucho correr en cualquier sitio que no sea llano, la subida a las Antenas no es tan dura como parece, pero ya todo te molesta. Para los que ya han probado este veneno se automotivan con un simple pensamiento "Es la ultima, la ultima subida de la carrera". No es del todo verdad pero podríamos decir que sí, si llegas a las Antenas no te van a dejar que abandones. Ya casi lo tienes.

Pruebas el asfalto después de muchos kilometros, notas que tus piernas te odian por ello, pero los gritos de ánimo no te dejan que bajes la cabeza.

Coges fuerza, bebes y comes lo que te entra y te tiras al vacío. Pero esta vez si hay paracaídas, está en ese pequeño trozo de calle en Alhaurín que te esta esperando para que caigas de pie, como un guerrero.

Toca bajar, esto ya se ha convertido en una ruleta rusa. Si vas bien la vas disfrutar, vas a convertirte en un cazador de zombies. Pero amigo, si vas mal vas a ser el zombie cazado, esto es Jarapalos, nadie queda indiferente.

Las piedras se esconden debajo de la arena acechandote, te concentras, tus piernas ya van como flanes, miras el reloj, ya vas apurado, seas profesional o uno más de los mortales. Se hace largo, a la ida juraría que era más corto, la emoción distorsiona la realidad. Si eres de los afortunados en la apuesta de Jarapalos y te queda algo de fuerza, guarda algo, aunque sea un poquito nada más, el tramo del Lobo y Zambrano te lo van a agradecer.

Ultimo avituallamiento, ha costado, ya casi está. Falta poco para saborear la victoria.

En estos momentos ya si visualizas la meta, ya te estas viendo pero un falso llano, si, otro más, te pone en tu sitio, aquí a muchos corredores nos va a visitar uno de los mayores enemigos del Trail, los calambres. Te resignas. No queda otra, tómate sales y reza.

Tramo corrible, técnico, paralelo al Lobo, un lobo que te observa desde lejos, penando, luchando por acabar con esto ya. No sabes porque estas aquí, te los has planteado en algunos momentos, mañana lo sabrás, te lo prometo.

Y llegas, llegas al cartel que pone bajada peligrosa, no es un simple adorno. Zambrano será siempre en Jarapalos un lugar que estará en boca de los corredores, sendero espectacular aunque no hayas sido capaz ni de levantar la vista medio segundo del suelo te garantizo que lo es.

Zambrano está hecho para piernas con aguante, piernas que han sabido esconder el poco glucógeno que te queda, escuchas el ambiente del pueblo, ya no hay quien te pare, lo estas acariciando.

Esto se está acabando, se está escapando entre tus dedos, como el que coge un puñado de arena de la playa y aprieta. No te das cuenta pero lo has hecho, pisas el asfalto y te conviertes en el corredor más rápido del mundo, te espera la ultima curva...

Aquí se para el tiempo,

Ante ti, una recta que tiene el poder de curar los dolores, una recta que es capaz de hacer cumplir tus sueños, una recta que te hará llorar, recordar a los que no están pero que te han acompañado en este largo viaje, donde te espera tu gente más cercana para darte un merecido aplauso. Una recta que no la regala nadie, que te ha robado horas de familia y de sueño. Una recta que no entiende de ritmos, ni tiempos, ni puestos. Una recta que abraza a las personas para llevarla en volandas a meta.

Una meta que es única, una meta en el que por un segundo eres la persona mas fuerte del mundo pero que cuando te para en seco hace que te tiemblen las piernas.

Puede ser que tus primeras palabras sean "No vuelvo mas aquí en mi vida", pero no eres consciente todavía de que Jarapalos ya esta dentro de tí, recibirás tu regalo de finisher, te comerás unas migas con una buena cerveza, te harán un masaje, y cuando estés sentado en el césped tu cara sonriente te delatará para los que te miran, ellos lo saben y tu lo sabrás mañana. Estarás en Jarapalos el año que viene.

Jarapalos duele, claro que duele.

P.D.: Mi más sincera enhorabuena a los organizadores, detrás de todo esto hay un trabajo y un esfuerzo grandísimo que se ve reflejado en la maravillosa experiencia que nos llevamos año tras año. Para mi será y es un referente de las carreras de montaña. Muchas gracias por todo.